¿Conocemos el alcance de las múltiples funciones del monitor de ocio y tiempo libre?
Estos podrían trabajar en campamentos de verano, hoteles, ludotecas, centros de ocio rurales, complejos turísticos, colegios… Una amplia variedad! y, en cada uno de ellos, sus funciones no son las mismas.
Nos podemos imaginar entonces la cantidades de posibilidades laborales que tienen.
¿Cuántas podríamos identificar entonces? veamos algunas de ellas.
1- Identificar necesidades
Una de las funciones más importantes, es la de analizar el grupo. No es lo mismo trabajar niños, adolescentes o adultos. Puede incluso que el grupo se forme por personas con necesidades especiales. Por ello, el ambiente que se va a crear es completamente diferente en cada uno de los casos.
¿Creemos realmente que las necesidades de los niños y la forma de trabajar con ellos es la misma que las que podemos detectar en adolescentes? Vamos a analizarlas, vamos a escucharlas, y demos respuesta a lo que los usuarios nos están demandando en cada momento.
2- Realizar los programas de las actividades
Una vez identificadas las necesidades del grupo, el monitor debe desarrollar el programa de actividades que se van a realizar (Con los niños, ya sabes, necesitas un Plan A, B, C… e incluso D).
¿Por dónde empezamos? Por dar respuesta a algunas de estas preguntas: ¿Qué objetivos queremos conseguir ? ¿Qué actividades pueden ayudarme a conseguirlos? ¿Las proponemos todas divertidas, todas educativas, mezclamos culturales? ¿Cómo orientarlas para fomentar el disfrute del grupo? ¿Cómo vamos a evaluarlas? ¿Con qué herramientas? ¿Qué recursos y espacios necesitamos? ¿Cómo vamos a retroalimentarlas?
Muchas preguntas! Pero que, todas ligadas, van a encaminar el curso de nuestro trabajo.
3. Fomentar la participación
Trabajar con un grupo que apenas interviene en las actividades, además de ser duro porque no «da juego», puede demostrar que el programa adolece de unas bases específicas. Es decir, si no se ha diseñado acorde a las preguntas anteriores, no sirve de nada. Fortalecer al grupo, hacerles partícipes de los roles, las pautas y las normas, hará que la diversión y el aprendizaje estén asegurados.
4. Respetar a los miembros del grupo
Un buen monitor, además de fomentar, empatizar y liderar, debe respetar. Los tiempos de cada participante son vitales, El saber respetarlos es una pieza clave fundamental. A todos nos encantaría tener un grupo homogéneo, donde las participaciones fueran activas y el trabajo fácil, pero… Qué más quisiéramos. Cada persona es un mundo y debemos ir introduciéndolos en el grupo a su debido tiempo.
5. Transformar
Un monitor de ocio y tiempo libre coge algo que ya existía y lo hace mejor. Lo que pretendemos es que las necesidades individuales con las que cada uno venía de casa, ahora pasen a «renovarse», adaptando nuevas conductas, estrategias y comportamientos que, tras ese paso por el grupo, nos haga un poquito mejores.
¿Y cómo vamos a conseguir todo esto? Renovándonos, reciclándonos y formándonos para ello.
La sociedad va cambiando, las necesidades también lo hacen, por lo que, el reciclaje de los profesionales es vital. Como hemos comentado al principio, CADA PERSONA ES UN MUNDO. No es lo mismo trabajar con niños que con adultos. Por ello, desde EZOS os traemos una formación dinámica, completamente actualizada, de la mano de una experta en esta temática.
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