EL DOLOR “UNO Y TRINO”
En las últimas décadas, el dolor y su tratamiento, ha alcanzado un reconocimiento mundial, no solamente como una especialidad de la Medicina. Como consecuencia de dicho interés, su estudio y desarrollo ha sido considerado desde la perspectiva de diversas disciplinas, con el fin de progresar en su entendimiento científico y optimizar su tratamiento. Las perspectivas mencionadas incluyen el análisis bio-psicológico, el tratamiento multidisciplinario, las teorías sobre neuromodulación, el aspecto paliativo, la metodología de análisis de la conducta cuando existe el dolor y las estrategias psicológicas. Esto nos ha acercado más al entendimiento del fenómeno del dolor y de cómo puede ser más efectivamente prevenido y tratado.
Muchos de los avances logrados en las áreas del entendimiento y tratamiento del dolor se deben a la dedicación y a las invaluables contribuciones de grandes hombres y mujeres de ciencia e
ntre los que cabe destacar a John Bonica, Ronald Melzack y Patrick Wall.
Recientemente se reconoce el dolor como una enfermedad “per se”. Se ha promovido el reconocimiento mundial del Tratamiento del Dolor como un Derecho Fundamental de los Seres Humanos, reconociendo el sufrimiento humano como consecuencia del dolor y se ha incluido el derecho a su tratamiento dentro del derecho al tratamiento de las enfermedades inmerso éste a su vez en el Derecho a la Salud.
La definición de “dolor” más ampliamente aceptada es sin lugar a dudas la provista por la IASP:
“Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma”. Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma, y si persiste, sin remedio disponible para alterar su causa o manifestaciones, una enfermedad por sí misma.
Si una condición de dolor “tratable” se deja sin atención debido a la no disponibilidad de los medios existentes para su tratamiento, entonces la condición puede convertirse en crónica y consecuentemente constituir una enfermedad por sí misma. En términos humanísticos relacionados con la salud, el concepto de “disponibilidad” implica la obligación de las sociedades de proveer, dentro de sus posibilidades, aquellos medios existentes para tratar las enfermedades tal y como ha sido determinado y universalmente aceptado bajo el Derecho a la Salud. El incumplimiento de proveer dicho tratamiento constituye un acto de discriminación y violación de la Dignidad Humana. Afirmar que una condición tiene tratamiento no significa nada si la sociedad no tiene los medios de hacer dicho tratamiento disponible.
Otro argumento que habla a favor del reconocimiento del dolor crónico como una enfermedad “per se”, aparte de las conceptualizaciones de carácter social o epidemiológico, emerge de la misma esencia de la definición de “Salud” reconocida y aceptada por la Organización Mundial de la Salud: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad o dolencia”. Por otro lado, la definición aceptada de “enfermedad” expresa: “un deterioro de la salud o una condición anormal de funcionamiento”
En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó una nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11). Es la primera versión que incluye el dolor crónico.
Desde sus inicios la humanidad lucha el dolor. Bonica y Alexander fueron los primeros clínicos en apreciar la dificultad de tratar el dolor y plantean la posibilidad de hacerlo en “equipo”. Debido a los problemas derivados de los heridos en la Guerra, implementa la primera unidad dedicada al tratamiento del dolor en el Madigan Army Hospital en Tacoma, Washington. En 1953 publica un libro de 1.500 páginas exclusivamente sobre tratamiento del dolor “The Management of Pain”, permaneciendo hoy en día como referencia a nivel mundial. El impulso del Dr. Bonica ha sido fundamental para el siglo XXI, pues hasta 1960 no existían especialistas en dolor. En 1953 impulsa las Unidades de Dolor y en 1960, al ser nombrado Jefe del Servicio de Anestesiología de la Universidad de Washington en Seattle, cuando crea la primera clínica multidisciplinaria del dolor.
Melzack (Psicólogo) y Wall (Fisiólogo) publican la teoría del “Gate Control” en 1965. Se reconoció el sistema nervioso como modulador de la información sensorial tanto en las sinapsis primarias como en el cerebro. Describieron las vías nerviosas del dolor y establecieron la existencia del sistema nervioso central y periférico.
El primer simposium internacional sobre dolor y su tratamiento fue organizado por Bonica en Seattle el año 1973. Consecuencia de este, se crearon las bases para la creación de la “Asociación Internacional para el Estudio del Dolor” (IASP). Hoy en día hay más de 7.000 miembros afiliados representando más de 100 países y 60 sociedades mundiales. La International Association for the Study of Pain (IASP) edita desde 1975 la revista Pain, dedicada exclusivamente a la investigación en dolor.
El dolor es “uno y trino”, es una experiencia única en cada persona que lo sufre con componentes sensoriales, cognitivos y afectivos. Tanto su evaluación, como su tratamiento no puede desentenderse de uno de sus componentes, son las tres ruedas de un mismo triciclo. Nos queda y nos toca por responsabilidad, por compasión, porque es nuestra labor, continuar con el camino andado, estar al lado de los que sufren, atender con calidad y calidez a nuestros pacientes, honrar a los grandes que iniciaron esta andadura.
Bazako, E. (2003) El psicólogo en una unidad de dolor. En Remor, E.; Ulla, S. y Arranz, P. El Psicólogo en el ámbito hospitalario
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