Teníamos muchas ganas de poder pasar un pequeño ratito con este enorme profesional, para que pudiéramos «acribillarle» a preguntas antes de que siga trabajando en la multitud de proyectos en los que está embarcado.
Muchos lo conoceréis porque es un profesor excepcional de nuestros Máster Online en Psicooncología y Psicooncología Pediátrica, pero a nosotros nos quedaba la espinita de conocer un poco más de él: Cómo empezó en el mundo de la oncología, qué le ha costado más superar, cómo valoraría su trayectoria….
Esperamos que, al igual que nosotros, paséis un ratito agradable y os quedéis con la boca abierta.
¿Por qué te decantaste por esta vertiente en tu trayectoria profesional?
Hace más de veinte años, cuando trabajaba en uno de los primeros Centros Públicos de Atención a las Drogodependencias, nuestros pacientes eran mayormente consumidores de heroína y la vía principal era la inyectada. Así que nos curtimos a base de bien con los primeros casos de VIH y SIDA, y digo «NOS» en reconocimiento al equipo multiprofesional (psicólogos, médicos y trabajadoras sociales, educadores, personal administrativo,…) y la labor interdisciplinar que realizamos, de la cual ninguno salimos indemnes: tratamos personas, únicas no divisibles. Dos realidades me llevaron a adentrarme en el estudio de la oncología y del dolor, a saber: el sarcoma de Kaposi y el dolor y su problemático control en las personas que durante tanto tiempo habían consumido opiáceos.
A raíz de estos hechos, conocí a profesionales extraordinarios, entre los que se encuentra nuestra querida María Díe, que me brindaron la oportunidad de colaborar en distintas Unidades de Dolor Hospitalarias, así como participar como docente en el Máster de Psicooncología de la Universidad Complutense de Madrid y actualmente en los Másteres de Psicooncología y Cuidados Paliativos y de Psicooncología y Cuidados Paliativos Pediátricos.
Mi “pasión” por la Psicología científica y la Psicooncología ha tenido su mayor “premio” en que mis dos hijos son psicólogos y la Mayor Ainara, es Psicooncóloga.
¿Cómo describirías, de una manera breve, tu trayectoria profesional en el mundo de la Psicooncología/ Oncología?
Como describo en la pregunta anterior, una cosa me fue llevando a la otra, como en un proceso de serendipia, de una manera autodidacta fui primero a por los que yo consideraba “popes” de la psicología de la salud en España, José Antonio Carrobles en la Universidad Autónoma de Madrid y Ramón Bayés de la Universidad Autónoma de Barcelona, que en aquellos tiempos trabajaban sobre las técnicas de medicina conductual, el SIDA y los factores psicológicos influyentes en el sistema inmunitario. Me formé con los mejores profesionales en cada área, en técnicas de Biofeedback, en psicooncología con María Díe, en Hipnosis Clínica con Héctor González Ordi, Pilar Arranz que me brindó la oportunidad de colaborar en la Unidad de Rehabilitación del Hospital La Paz, en la Unidad de Dolor, por medio de un gran médico anestesiólogo que siempre estará en mi recuerdo Miguel Quevedo Arechederra. Todos ellos han acabado siendo grandes y admirados amigos.
He tenido la fortuna (“ La fortuna siempre ayuda a los audaces”) de poder compaginar mi labor privada, en mi Clínica Cuace de Psicología Aplicada y pública tanto en el campo de las Adicciones como en el campo de la Psicooncología y en el Dolor Oncológico, un campo bien olvidado para psicología y todavía desgraciadamente para la oncología.
No quiero, ni puedo olvidarme en esta oportunidad, de agradecer la confianza y oportunidad que se me está ofreciendo desde México, de compartir conocimientos y experiencias en cuanto la labor del psicooncólogo y del psicólogo en el dolor oncológico, en distintas Instituciones públicas y privadas del país, por medio de la colaboración con Laura Pérez Mares psicooncóloga y Coordinadora de Crysalis Psicooncología, allá en México.
Y no puedo dejar de mencionar a otra psicóloga que me ha “metido” en el penúltimo lío de Coordinar un Máster Internacional de Abordaje Multidisciplinar del Dolor”, Cary Molina de la plataforma que organiza los másteres online.
Durante toda tu trayectoria, ¿Cuál es el caso que más te ha impactado?
Siempre me han impactado dos situaciones a saber, y las describo no por orden de impacto, ya que las dos me siguen impresionando de igual manera, las personas que sufren amputaciones (desde mama, hasta miembros amputados por osteosarcomas), es un hecho el dolor fantasma o Síndrome de Dolor Fantasma, que me intriga desde los comienzos y para el cual estamos balbuceando explicaciones, pero el proceso de poder acercarme a ese fenómeno y las personas que lo sufren es un reto extraordinario. El otro es acompañar a las personas en la cercanía de su muerte, es un lujo para otro ser humano poder hacerlo, la antesala de la muerte tiene su propio olor, color y textura, nos pone frente a nosotros mismos y nuestras debilidades científicas.
He dicho “dos”, pero debo añadir una tercera y una cuarta, si me dan la oportunidad yo me voy como ”hilo de media”; una paciente que le pregunto “ cómo te encuentras” y me responde “de salud bien, es el dolor este del brazo (linfedema ) el que tiene harta…” , dándome la enésima lección de vida y el paciente con el que trato de valorar la localización de su dolor y me responde “el puto dolor se mueve”, dejándome sin palabras.
En qué situación has sentido que ya no podías más? ¿Has tenido que abandonar alguna vez?
La verdad es que no he sentido esa sensación o sentimiento en ningún momento, si de impotencia ante ciertas situaciones existenciales, que lo que han hecho es que me esforzara más en labor de acompañamiento. Más implicación, más formación. No se puede parar una vez que inicias. Quizá he tenido que hacer renuncias en otros ámbitos de mi vida.
¿Qué importancia das a la formación en este ámbito?
La formación continua es esencial, no se puede como decía en la pregunta anterior parar una vez que inicias, no importa lo que sepas ahora, el cáncer, el dolor, las personas son como la propia vida un puzle, al que le falta la última pieza por encajar…
¿Qué consejos darías a los futuros profesionales?
Lo primero que me sale es: Por favor conozca la tecnología más avanzada y acompañe, se han puesto muy de moda las palabras sabias de Jung “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”, y yo sigo pensando que acompañar es una virtud, pero nosotros los profesionales debemos conocer saber y manejar la tecnología que conlleva ese acompañamiento para que sea un verdadero acompañamiento terapéutico.
Estimados colegas (Psicólogas/os, médicas/os, profesionales de la salud), fórmense en todas y cada una de las áreas que componen al ser humano y más si es doliente, sufriente, no se queden en su pequeño reducto de saber.
No sólo formen equipos multiprofesionales (de muchos y variados profesionales), formen verdaderos equipos interdisciplinares, la persona que se pone en sus manos es un ser indivisible y merece esa consideración y atención.
Es nuestra obligación.
GRACIAS ENRIQUE, POR TU AMABILIDAD Y APOYO EN CADA UNO DE LOS MOMENTOS COMPARTIDOS.